Viñedo Live: Evolution du cycle 2025

A veces pienso que seguir el ritmo de un viñedo es como acompañar la respiración de alguien que quieres: aprendes a escuchar sus silencios, sus sobresaltos, sus pausas. Este 2025 ha sido, hasta ahora, un año lleno de contrastes.

Las lluvias de invierno nos dieron una brotación generosa, pero el calor temprano de mayo frenó el ímpetu de las cepas, equilibrando hoja y fruto de una manera casi inesperada. Ha sido también un año desafiante por el mildiu, que nos ha obligado a estar aún más presentes en cada parcela.

Trabajo en ecológico, con manejo orgánico, y eso implica aceptar que la naturaleza marca el ritmo. Lo bonito es ver cómo el viñedo responde: biodiversidad en expansión, vida por todas partes, e incluso el regreso de las abejas silvestres a rincones que hacía años no visitaban.

En el fondo, lo que siento es que el viñedo se está expresando con más libertad. Y nuestro papel es acompañarlo, hombro con hombro, en esta batalla que es la añada 2025.